La palabra “duelo” tiene sus orígenes en el término latino “dolos” que significa dolor y de “duellum” que significa reto o desafío. El duelo es el proceso psicológico “normal” que se produce a partir de la pérdida por la muerte de una persona querida. Es una experiencia emocional humana universal, única y dolorosa,que se suele delimitar en el tiempo. Suele presentar una evolución favorable requiriendo la necesidad de adaptación a la nueva situación.
El duelo es un proceso dinámico y multidimensional que evoluciona a través del tiempo a pesar de que en el momento del
dolor emocional la persona tiene la impresión de que el mundo se paraliza. Su expresión incluye reacciones como pensamientos, sentimientos y conductas que es importante considerar como en cualquier proceso psíquico.
Factores de cronificación del duelo
La mayoría de personas que pasan por ello se recuperan en un periodo relativamente corto de entre dos y tres años. Sin embargo, existen diversos factores que pueden condicionar de forma negativa o positiva el proceso de duelo. Entre estos aspectos están las características de la persona fallecida (el significado afectivo de la pérdida), la relación que se mantenía con la persona fallecida, la naturaleza de la muerte, las estrategias de afrontamiento y el apoyo social. Es decir, cada experiencia de duelo es única e individual y requiere del soporte necesario y adecuado.
Teniendo en cuenta todo esto, el duelo que no sigue el curso esperado se le suele denominar duelo complicado o patológico. Este, interfiere notablemente en el funcionamiento general de la persona, poniendo en riesgo su salud. Este tipo de duelo puede durar años o incluso cronificarse, tal como afirmó Maddocks. En estas circunstancias, se requiere la asistencia a psicoterapia. La literatura científica refiere que la persona que corre más riesgo de sufrir un duelo patológico es aquella que ha llevado a cabo el rol de cuidador principal familiar u otros miembros del núcleo.
Criterios diagnósticos del duelo patológico
- Culpa por las cosas, más que por las acciones, recibidas o no recibidas por el superviviente en el momento
de morir la persona querida. - Pensamientos de muerte más que voluntad de vivir, con el sentimiento de que el superviviente debería haber muerto
con la persona fallecida. - Preocupación mórbida con sentimiento de inutilidad.
- Enlentecimiento psicomotor acusado.
- Deterioro funcional acusado y prolongado.
- Experiencias alucinatorias distintas de las de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la persona fallecida.
Si crees estar pasando por un duelo patológico, es importante que te pongas en mano de un profesional de la psicología. Mi consulta se encuentra en Madrid centro. Si necesitas una primera cita o más información sobre terapia psicológica, no dudes en ponerte en contacto conmigo mediante teléfono o el cuetionario del apartado de «Contacto».
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